
¡Soledad abrazadora, fuego herido arropas con tu manto mis sentidos!
¡Eres vida, eres muerte, en mi vives siempre!
¡Aunque a veces te desprecio eres quien me socorre en mi lecho!
¡Unidas estamos con un lazo fuerte, amiga del alma, que no me delatas!
¡Quiero que me dejes, pero a veces no, porque si te vas te voy a extrañar, tanto que te ruego que vuelvas a estar!
¡Eres el silencio que abruma mi ser eres el consuelo al amanecer!
¡Soy presa de ti, ya me acostumbré!
¡Tus brazos cobijan mis penas, mis ansias, también alegrías y muchas esperanzas!
¡Estás aquí, a mi lado siempre!
No te vayas, no me dejes, porque si te vas, siento que perdería la calma, que como buena madre, hermana, amiga me has enseñado!…
¡No te vayas, soledad, sigue añorando mis sueños!
¡Dame fe, dame esperanza, mira que la vida avanza y no quiero quedarme envuelta en pañuelo!
¡Préstame tu silencio para guardar mis secretos en las frías noches, donde solo se oye el sonar del viento!…
¡Amiga, bríndame lo mejor de ti, no llenes mi alma de tristezas.
¡Dame más bien la certeza que contigo soy feliz!
¡Soledad abrazadora, fuego herido!
¡No sé cuándo te quiero más, si cuando no estás o cuando estás conmigo!
Soledad
Zoraida Núñez