Venezuela. Hoy, su nombre se musita con dolor, pero también con esperanza.

Venezuela: millones de niños y niñas esbozan sonrisas, pensando en el futuro que están construyendo en sus aulas, mientras las miradas tristes de muchos de ellos nos asoman a un mundo de hambre, penuria y escasez.

Decimos Venezuela y pensamos en la rebeldía de los y las adolescentes que, a duras penas, tratan de abrirse camino en medio de las dificultades económicas y sociales que enfrentan ellos y sus familias en la actualidad. Muchos abandonan sus estudios para trabajar, rebuscarse o conseguir, como sea, algún dinero con el que contribuir a remediar la escasez y el hambre. Otros desistieron de seguir tocando puertas cerradas por su escasa formación y terminaron por elegir caminos peligrosos que los llevaron al filo de la delincuencia e incluso de la muerte.

Nadie en Venezuela puede permanecer ajeno a la dura realidad que estamos viviendo. Para salir de la crisis van a ser necesarias propuestas novedosas en política, economía, sociedad, pero también en educación. Si bien la educación sola no construye nación, no lograremos una nación próspera, productiva y fraternal sin el aporte de una educación integral de calidad.

Por ello, la profunda crisis que estamos viviendo nos convoca a seguir trabajando con renovada pasión para gestar esa educación integral de calidad. Educación que fomente el espíritu crítico y creativo, que enseñe a aprender, comprender y emprender, que forme la razón y el corazón, que enseñe a pensar, vivir y convivir.

El pensamiento es una herramienta fundamental para promover cambios en una sociedad; pero ¿cuáles son esos cambios necesarios? Responder esa pregunta nos lleva a adentrarnos en un proceso de revisión y análisis de las necesidades y requeri-mientos del contexto, de modo que el conocimiento científico posibilite responder a las demandas sociales con alternativas y propuestas eficaces. Esto exige la superación de esa pedagogía transmisiva, tan alejada de la realidad y promover, en cambio, la curiosidad, la investigación, la crítica, la producti-vidad y la solución de los problemas.

Dedicamos la presente edición de Movimiento Pedagógico a la enseñanza de las Ciencias Naturales y la Matemática en la escuela donde, por lo general, sigue enquistada la pedagogía tradicional. Somos muy conscientes del largo camino que nos toca recorrer, pero queremos ofrecerles algunas experiencias orientadas a transformar la práctica pedagógica en nuestros centros educativos. Detrás de cada una de ellas está la decisión de unos docentes que decidieron abandonar los viejos caminos que no conducen a dónde queremos ir, y se atrevieron a emprender, con titubeos y dudas, implícitas en toda genuina investigación, los caminos de la innovación y la propuesta creativa.

El Dossier presenta una muy pertinente reflexión sobre el reto interdisciplinario para el abordaje didáctico de las Ciencias Naturales y la Matemática, en momentos en que existen serios peligros de no asumir con la debida seriedad y exigencia el espíritu de la actual reforma curricular en la educación Media que postula la articulación y fusión de materias y el trabajo por proyectos lo que, en ninguna manera, puede suponer el abandono de la debida profundidad en el abordaje de las Ciencias.

Incluimos también dos reflexiones: la primera sobre la necesidad de desarrollar la inteligencia emocional, para lo cual los cuentos resultan una estrategia maravillosa. La segunda ofrece algunas consideraciones sobre los proyectos de aprendizaje como una opción didáctica para trabajar el conocimiento de Ciencias Naturales en el aula.

En la sección de Ideas para el aula presentamos la sugerencia de incluir las bitácoras como instrumentos de registro y reflexión de experiencias de aprendizaje por parte de los y las estudiantes. Además, en la sección de contenidos multimedia, están las entrevistas realizadas a Zaira Montes y Alexandra Díaz, quienes participaron como foristas en el I Festival Científico de Fe y Alegría Occidente que se llevó a cabo el pasado mes de julio de 2016.

Todos estos insumos abren una ventana, todavía muy tímida, para asomarnos desde el aula, al mundo apasionante de las Ciencias Naturales y la Matemática, que nos ayudaran a reflexionar y repensar nuestra pedagogía y didáctica, y nos lleven a mejorar las prácticas para lograr que los y las estudiantes se involucren de un modo más participativo, creativo y entusiasta en su proceso de aprendizaje.

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