Fe y Alegría es, desde sus inicios, fruto de la espiritualidad. Esa espiritualidad que inspiró a Abraham Reyes y Patricia García a donar todo lo que tenían, como lo hizo la viuda frente al altar. La misma que llenó el corazón del padre José María Vélaz para atreverse a ofrecer una salida a la ignorancia a través de la educación. Esa que despertó la sensibilidad de los jóvenes universitarios frente a la injusticia en la que vivían los más pequeños de sus hermanos. Desde entonces la espiritualidad ha marcado la identidad de nuestro Movimiento en cada una de las etapas de su desarrollo y se ha convertido en un pilar fundamental que nos distingue de otros movimientos de Educación Popular.

La espiritualidad de san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, responsables de la formación personal y espiritual del padre Vélaz, y recogida en los Ejercicios Espirituales, se fundamenta en que Dios habita y trabaja en todas las criaturas y en todo lo que nos acontece. De allí que los pilares que la sostienen son: Buscar y hallar la voluntad de Dios sobre mi vida, ensanchar el corazón a las dimensiones del mundo, conocer mi realidad lo más ampliamente posible, discernir, a la luz de la oración y de la razón iluminada por la fe, encontrar a Dios en todo lo creado, siendo contemplativos en la acción. Esta herencia fundacional encuentra un eco especial en los últimos años a través de las enseñanzas del papa Francisco.

Para Francisco la espiritualidad se caracteriza por:

  • Una profunda experiencia de la misericordia y el amor de Dios, la espiritualidad se nutre de la experiencia del perdón y de la capacidad de perdonar a los demás.
  • Un compromiso activo con los demás, especialmente con los pobres y marginados. Una Iglesia pobre para los pobres, que se identifica con la humildad y la solidaridad con los marginados
  • La práctica del discernimiento para escuchar la voz de Dios en la vida cotidiana y tomar decisiones coherentes con el Evangelio.
  • Una vivencia de la fe en lo concreto y cotidiano, en las relaciones familiares, en el trabajo y en el compromiso social. Una Espiritualidad encarnada y cotidiana.
  • El reconocimiento de la lucha espiritual como parte del camino, para mantener la fe y enriquecer los dones de Dios en nosotros.


Sus mensajes nos invitan a una fe viva, encarnada y con un fuerte impacto en la realidad que nos rodea.

En estos 70 años, en Fe y Alegría, esa espiritualidad se ha fortalecido con los carismas de diversas congregaciones religiosas que encontraron en este Movimiento un espacio privilegiado para desarrollar su misión a través de la educación. Con el tiempo y con la lectura de los diferentes contextos y realidades que nos retan, diferentes experiencias de formación se han constituido en expresiones concretas de esta espiritualidad encarnada.

Esta revista que, providencialmente es la número 70, recoge el fruto de los últimos años en los que la espiritualidad se ha convertido en un pilar fundamental del ser y el hacer de Fe y Alegría Venezuela. Las diversas situaciones personales, emocionales y sociales que vivimos durante la pandemia nos obligaron a desarrollar propuestas para acompañar a docentes, alumnos y comunidades. La iniciativa de Con Dios en el Camino, Una palabra Oportuna, el Cultivo de la Interioridad; entre otras son parte de lo que hoy queremos compartir.

Abordamos una iniciativa que puede parecer repetitiva pero que guarda su riqueza en la diversidad de personas y contextos donde actúa el Espíritu. Reconocer y agradecer todo el bien que este crecimiento espiritual a dejado a su paso reafirma la inspiración inicial que dio origen al Movimiento.

Compartimos Reflexiones personales y profundas de la presencia de Dios en nuestra vida. Experiencias colectivas que han afectado la vida de personas y las dinámicas institucionales contribuyendo a fortalecer la identidad y el sentido de pertenencia al Movimiento. En el Dossier dejamos claros los principios que sustentan este pilar de Fe y Alegría. Compartimos las experiencias de Con Dios en el Camino y Una Palabra Oportuna como evidencia de lo que puede lograrse cuando la misión nos une. Como una metodología que puede ser aprovechada por muchos y en muchos contextos ofrecemos la propuesta de la Lectura Orante en Ideas para el Aula. No podemos dejar de ofrecer un texto desde la sección de He leído y que mejor que hacerlo de la mano de nuestro hermano y amigo José Lazcano SJ. Para culminar esta edición dejamos un Poema como fruto de todo lo bello que esta propuesta ha dejado.

Como siempre, esperamos que esta revista pueda ser inspiradora para quienes la lean pero a su vez motivadora para los docentes que han asumido el reto de cultivar su espiritualidad, de dejarse tocar por un Padre amoroso, por un hermano Maestro que con sus enseñanzas ha marcado un modo de proceder y reconocer un Espíritu que obra cada día en nosotros y nos invita a construir un mundo más humano y fraterno.

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