La radionovela, una estrategia para educar en valores

(Movimiento Pedagógico Nº 48 – abril, 2011)


La experiencia presentada por las profesoras Mila Rivero y Liliana Rodríguez es un claro ejemplo del trabajo colaborativo. Se puede observar que, con una buena organización pedagógica, es posible llevar a cabo proyectos escolares donde se involucren estudiantes y profesores. Creemos que ese es el primer elemento a rescatar en esta sistematización: la organización pedagógica.

Así mismo, es posible encontrar unos pasos claros sobre cómo generar espacios de lectura y escritura con nuestros chamos y chamas, pero no una simple “lectura”, sino una guiada que permita generar habilidades lingüísticas en el estudiante y que sepa que su proceso lector lo llevará a un producto final de su autoría: una narración y posterior grabación del capítulo de una radionovela. Esta estrategia bien puede ser replicada en nuestras aulas de clases considerando todo lo que las autoras exponen con la debida contextualización a la realidad de los alumnos que atendemos.

En la actualidad, esta estrategia puede ser ejecutada, por ejemplo, mediante la presentación de podcats, aprovechando que existen muchas aplicaciones para motivar el proceso creativos de nuestros estudiantes. Estos podcats, estructurados por capítulos, pueden ser presentados a los representantes mediante grupos cerrados de WhatsApp, con lo cual se estarían cumpliendo las normas de bioseguridad.

El hombre, en la vorágine de la socie­dad actual, busca permanentemente espacios para el diálogo y la convi­vencia con el fin de aprender del otro y aceptarlo, pese a las diferencias. Vi­vimos en una aldea global, con acceso a un gran cantidad de información gracias a la tecnología, lo cual le exige a la escuela, como espacio socia­lizador, desarrollar al máximo las capacidades intelectuales de los niños y niñas, practicando los valores humano-cristianos, enseñándoles a comunicarse de manera eficaz, el uso del libre albedrío de manera sana, madura y responsable, además de incentivar la participación ciudadana.

En tal sentido, la escuela crea mecanismos e implementa estrategias orientadas a lograr di­chos objetivos, dándole en este aspecto relevan­cia a la lectura y la escritura, ya que una vez que el individuo se apropia de este sistema de comu­nicación penetra en el mundo del conocimiento, convirtiéndose en un autodidacta, abriendo el camino de la autonomía e, incluso, conduciéndo­lo a lugares más allá de su propia realidad. El fin último es crear un lector y escritor autónomo, capaz de hallar en los textos el mensaje que le permita: vivir, disfrutar, compartir, comunicarse, alentarse, motivarse, progresar, crecer, apren­der, conocer, entretenerse, investigar entre otros aspectos.

De allí la importancia de desarrollar una prác­tica pedagógica creativa y dinámica, que rompa con lo rutinario, involucrando a los alumnos en el proceso de aprender. Por esta razón, el docente debe asumir una actitud permanente de búsque­da de información para, mediante la investiga­ción acción, incidir en su propia labor y mejorar los procesos que orienta en el aula.

Así comenzó todo

La Unidad Educativa Fe y Alegría “Pampero” está ubicada en el sector Aponte, en las afueras de Ocumare del Tuy, estado Miranda (cerca del puente, como dicen los muchachos). Atendemos, aproximadamente, a unos seiscientos alumnos pertenecientes a los niveles de Educación Ini­cial, Primaria y Media. Nuestros estudiantes pro­vienen de diversos barrios y urbanizaciones de Ocumare del Tuy, Santa Bárbara, Cúa y San Fran­cisco de Yare.

Existe en nuestra institución una gran preo­cupación por mejorar la calidad de la educación que brindamos en cuanto al dominio de las he­rramientas básicas que deben poseer los alum­nos en lectura, escritura y pensamiento lógico matemático. Frente a esa inquietud y en el marco del proyecto de la Escuela Necesaria de Fe y Ale­gría, en el colegio estamos en una permanente búsqueda de estrategias que permitan desarro­llar y consolidar dichas herramientas, además de la formación moral y ética de los estudiantes.

En el caso de la presente sistematización ha­remos referencia al trabajo realizado con mis alumnos de 6to grado, sección “U”, con edades comprendidas entre los 11 y 13 años. Son muy dinámicos, juguetones, entusiastas para realizar sus actividades, colaboradores, inquietos, preo­cupados por su apariencia personal (aunque no puedo negar que, ocasionalmente, algunos la descuidan), que manifiestan temor cuando pien­san en el Ciclo Básico. Se distraen fácilmente e interrumpen continuamente la clase, siendo ne­cesario recordarles las normas de convivencia. Además de esto, me preocupaba mucho la ma­nera cómo los muchachos demostraban su inte­rés hacia las muchachas o viceversa. Creo que es necesario destacar que muchos provienen de familias disfuncionales, de padres divorciados, viviendo situaciones de violencia intrafamiliar.

Lo que nos propusimos lograr

Decidí, con el apoyo de otros docentes de la escuela, implementar estrategias y desarrollar actividades que permitieran a mi grupo eviden­ciar la importancia del amor en la convivencia, en la resolución de los problemas que se generan durante el noviazgo en la etapa de la adolescen­cia y las inquietudes en cuanto a las relaciones interpersonales que se presentan durante dicha etapa. De igual manera necesitaba que estas es­trategias posibilitaran:

  • Producir textos en forma natural, favorecien­do el efecto comunicativo de la composición escrita.
  • Promocionar la lectura comprensiva a través de la interpretación con la voz de diferentes roles o personajes de una historia, relato o cuento.
  • Promover la práctica de valores mediante el trabajo de grupo.
  • Orientar, de manera adecuada, las relaciones afectivas.

Por estas razones opté por producir una ra­dionovela e involucrar a mis alumnos, con el apoyo de Liliana Hernández, la psicopedagoga de la institución y coautora de esta sistemati­zación. ¿Por qué una radionovela? Por dos razo­nes: la primera es que no debemos olvidar que a los jóvenes les gusta mucho ver la televisión y en nuestra cultura las novelas se caracterizan por presentar escenas de amor y dramas; la se­gunda es que, como docente comprometida con el bienestar del alumno y su formación integral, me encuentro en la necesidad de hablarle más sobre el amor y de cómo establecer relaciones afectivas sanas, maduras y responsables antes que invadirlos de conocimientos referidos a la sexualidad (que sin bien tienen su importancia, primero hay que enseñarles a quererse, valorar­se a sí mismo y a los demás).

Nuestro plan de acción

Decidimos desarrollar nuestra propuesta de trabajo en seis fases: a) lectura y análisis de la novela “Los diez secretos del amor abundante” de Adams Jackson; b) organización de los grupos y asignación de un secreto para, a partir de él, crear una escena o capítulo nuevo; c) organiza­ción de todos los capítulos y escenas a través de la dramatización como parte del casting para de­terminar personajes y secuencia de los mismos en la nueva novela; d) creación de la introduc­ción y cierre de la novela; e) grabación de la no­vela y f) edición de la novela y presentación. Fue un arduo trabajo dado que cada fase implicaba distintas acciones y actividades como veremos a continuación.

Consultamos diferentes páginas web donde los alumnos tuvieron la oportunidad de leer dis­tintas reseñas y resúmenes de la novela. Luego de esto analizamos su contenido, reflexionando cada uno de los poderes señalados por A. Jack­son, los cuales son: el pensamiento, el respeto, la entrega, la amistad, el contacto físico, el des­prendimiento, la comunicación, el compromiso, la pasión y la confianza. Hubo momentos donde intercambiamos opiniones y reflexionamos en torno a las siguientes interrogantes: ¿existen esos poderes en nuestras vidas?, ¿cuáles son los más importantes para la convivencia?, ¿estamos dispuestos a practicarlos en la escuela, la familia y en la comunidad?

Luego de conformar los grupos de trabajo, le asignamos a cada uno un secreto para que, ba­sándose en él, recrearan una escena o escribie­ran un nuevo capítulo a partir de la comprensión del significado del mismo. Esta fase fue fun­damental, dado que comprendía dos procesos macros: por un lado, la elaboración de textos argumentativos sobre el contenido del libro para luego transcribirlos en la sala de telemáti­ca y enviarlos a la sección de comentarios de la página web seleccionada y, en segundo lugar, la construcción de los guiones radiales. En esta úl­tima parte trabajamos conjuntamente Liliana, yo y la promotora del aula de telemática, buscando información sobre cómo elaborar guiones para radio, analizarlos y crear los nuestros (una de las páginas revisadas fue http://recursos.cnice.mec. es/ media/radio/bloque5/pag7.html).

Algo que consideramos importante era que cada grupo construyera los guiones con expe­riencias personales, adaptadas a la realidad que los rodeaba, resaltando la importancia y el aprendizaje del poder asignado. Mis alumnos presentaron sus experiencias personales, fami­liares y comunitarias durante las conversaciones que tuvimos en el aula al analizar la novela de A. Jackson, poniendo de manifiesto cómo viven el amor en dichos contextos: escuchamos cómo al­gunos experimentaron la separación o divorcio de sus padres, percibimos la baja autoestima de otros, el irrespeto entre ellos, además de comen­tarnos que la comunicación familiar era comple­tamente nula en varios hogares (ni siquiera com­partían a la hora de la comida: ¡cada quien comía en horas y lugares diferentes de la casa!).

La estrategia de composición escrita estuvo basada en la enseñanza estratégica propuesta por Monereo (1997) y el aprendizaje estratégico presentado por Valenzuela (1999), con adapta­ción realizada por Liliana Rodríguez. Dicha es­trategia exige que, al momento de planificar el texto a ser producido, el niño deberá considerar dos aspectos:

  • El modelaje como escritor autónomo que se desea lograr. El alumno antes de componer un escrito debe investigar las características del texto, es decir, si se trata de un texto na­rrativo, recurrirá a la búsqueda de un cuento para verificar su estructura y la forma como está elaborado para luego relacionarlo con la teoría; si es un ensayo ha de indagar la teoría de cómo se elabora este y buscar un modelo de ensayo. En este aspecto el niño logra auto­dirigir su actuación al crear consciencia sobre qué va hacer y qué conocimientos necesita para escribir determinado tipo de texto.
  • La preescritura, pues esta permite que el es­critor transfiera el pensamiento al papel y se logra cuando todo lo que desea expresar se transcribe sin considerar la formalidad del lenguaje escrito. Esta estrategia motiva el recuerdo y, una vez plasmadas las ideas, se comienzan a organizar para crear la estructu­ra del texto correspondiente. Es en esta fase cuando el alumno autodirige su actuación al considerar qué pasos debe seguir para escri­bir un texto.

Durante la textualización, el escritor formali­za el proceso de escritura y comienza a conside­rar los aspectos formales de la misma, tomando en cuenta la información recabada en el modela­je, aunado a las ideas extraídas del pensamiento. Es en esta etapa cuando comienza a tomar vida creativa el pensamiento para ser expresado en el papel y, por otro lado, la actuación del escritor cobra autonomía.

Hay además otros dos elementos que debe­mos tomar en cuenta al momento de la revisión:

  • La lectura y reelectura en voz alta: Esto le permite al alumno escucharse y determinar el acabado de su obra, qué aspectos son ne­cesarios retomar para dar orden y sentido al pensamiento. Para este caso se debe conside­rar las características del tipo de texto que se desea producir. Una forma de enriquecer los textos creados por nuestros estudiantes es a través del cooperativismo y del intercambio de opiniones.
  • La corrección concebida como el espacio que posee el alumno para abordar los detalles y aspectos formales que no quedaron concre­tados en el texto y que ameritan una modi­ficación. Esta se logra con la ayuda de otras personas, quienes emiten una opinión sobre lo que percibió como interferencia para la transmisión del mensaje a través del lenguaje escrito. En este aspecto el alumno autorre­gula su actuación al considerar los cambios sugeridos, complementar y ajustar correcta­mente el escrito.

Mi Diario de Investigadora

Tuve la oportunidad de elaborar Mi Diario de Investigadora, donde fui registrando el quehacer cotidiano sobre el desarrollo de la radionovela y de él copio algunos extractos:

Enero, 13 de 2009: Iniciamos la lectura de la no­vela Los diez secretos del amor abundante de Adam J. Jackson. Hojeamos la novela, para familiarizarnos con ella, leímos y comentamos los títulos de cada capítulo.

Enero, 23 de 2009: Inicié la lectura de la intro­ducción y del capítulo “El encuentro”, utilizamos las siguientes preguntas sugeridas por la psicopedago­ga, con mi revisión:

– ¿Qué es el amor para ti?

– Ahora compara tu opinión personal sobre el amor con la definición del diccionario.

– A tu juicio, ¿qué deben hacer o poseer las perso­nas para gozar de amor abundante?

– Comenta o escribe tu opinión acerca de por qué las personas se separan.

– ¿Qué significa conocer a las personas por dentro y determinar si son buena o malas?

– Comenta las actividades con tus familiares”.

Fuimos desarrollando la lectura los días jue­ves de cada semana, aunque como en nuestra institución tenemos 30 minutos de lectura libre diaria (en mi caso era de 7:15 a 7:45 a.m.), mis alumnos optaron por aprovechar ese tiempo para leer la novela y comentar los capítulos si­guiendo las instrucciones:

– Describe cada uno de los personajes. ¿Cómo te los imaginas?

– ¿Con cuál persona de tu grupo relacionas cada personaje?

– ¿Puede esa persona de tu grupo reflejar al personaje con sólo usar la voz?

– Describe cada ambiente y relaciónalo con el poder del capítulo.

– ¿Cómo o a través de qué podemos expresar el ambiente en la radio?

Entre las instrucciones dadas para elaborar el guion indicamos: discutir acerca de cómo viven el valor correspondiente; redactar el borrador individual; compartirlo con los demás integran­tes del grupo; elaborar el borrador del equipo con las experiencias anteriores; presentarlo para revisión y transcribirlo en el laboratorio de computación.

A medida que se elaboraban los textos, estos eran revisados y corregidos para luego cons­truir los guiones, empezando así otra fase más interesante: seleccionar la secuencia de los diez capítulos y realizar el casting para escoger a los alumnos-actores que dramatizarían los capítu­los, empezar los ensayos y grabaciones, (en esta última fase utilizamos MP3, MP4 y una grabado­ra).

Comprender para actuar

Luego que cada grupo dio por terminada la construcción de su texto, se involucraron en la función de comprenderlo para darle “vida” a la actuación necesaria y coordinada con la voz para lograr que el público captara la personificación del contenido: cada vez que se escuchaban las grabaciones se sugerían cambios en la modu­lación y entonación, con el objeto de producir determinado efecto en el oyente. El colectivo también hacía observaciones para que sus com­pañeros asumieran conciencia sobre la produc­ción y tomaran las decisiones más convenientes ya que, como señalan Olson y Torrance (1998), “la lectura requiere que cada lector se transforme en un actor, lector es aquel que tiene que interpretar las líneas para un auditorio, emitiendo esas líneas con la expresión correcta”.

La función nuestra como docentes, además de guiar el trabajo, era orientar y brindar herra­mientas a cada niño para que se autoevaluara y construyera su papel. Este manejo autónomo de la actuación lo internalizaron los alumnos cuan­do comprendieron el texto, para lo cual maneja­mos los niveles de comprensión lectora, basán­donos en la clasificación propuesta por Cassany (2007), quien presenta en cada nivel los indica­dores que permiten su evaluación, de acuerdo a los procesos cognitivos que se deben desarrollar durante este proceso, a saber:

  • Literal: Se refiere a la información que se encuentra explícita en el texto. Entre los in­dicadores que permiten evaluar este nivel se destacan: la ubicación de los personajes, identificación de los escenarios y ejemplos, discriminación de las causas explícitas de un fenómeno y la relación del todo con sus par­tes.
  • Inferencial: Aquí se expresan situaciones co­nexas al texto, pero que no se encuentran de manera explícita en él, lo cual traslada al lec­tor a imaginar, a destacar el mensaje oculto, el doble sentido, las ironías y las ambigüedades. Algunos de sus indicadores de evaluación son: discriminación de la información relevante de la complementaria, organización de la in­formación en mapas conceptuales inferencia del propósito comunicativo del autor, inter­preta el doble sentido, formula conclusiones, establece relaciones entre dos o más textos, infiere causas o consecuencias que no están explícitas, predice el final de las narraciones.
  • Crítico: Es cuando el lector es capaz de enjui­ciar y valorar la información propuesta en el texto, bien sea en el aspecto formal como en el contenido del mismo. Algunos de sus indi­cadores son: opina sobre la organización del texto, argumenta sus puntos de vista sobre las ideas del autor, hace valoraciones sobre el lenguaje empleado, juzga el comportamiento de los personajes, expresa acuerdo o desa-cuerdo ante las propuestas del autor, hace apreciaciones sobre el uso de los elementos ortográficos y gramaticales, opina sobre la coherencia del texto, reconstruye el proceso de comprensión.

Involucrar a los padres

Creemos que es necesario indicar que el tra­bajo para crear la radionovela se desarrolló en dos espacios y luego trascendió a otros: del aula de clases y del área de informática, trascendi­mos a la escuela y llegamos a la familia. El salón brindó los espacios de organización, producción escrita, análisis del texto, prácticas, grabación, casting, ensayos y producción de la nueva novela basada en Los diez secretos del amor abundante.

De igual manera consideramos importante involucrar a los padres y representantes, por lo cual les solicitamos a los alumnos que se las leye­ran o les facilitaran la novela para que pudieran leerla en su tiempo libre. También aplicamos una pequeña encuesta para conocer sus impresio­nes:

– A ti y a tus familiares, ¿qué aprendizajes o ex­periencias les dejó la lectura de la novela?

– Y en el salón ¿cuáles fueron las experiencias que más te llamaron la atención?, ¿quiénes las contaron?

– Cuando te asignamos las tareas del hogar, ¿qué pensaban tus padres al ver que cumplías con ellas?

Cuando consideramos que todos los grupos habían concluido su trabajo y estábamos satis­fechos de su resultado, editamos la novela y la “quemamos” en un Cd. Ya habíamos previamen­te diseñado el guión del capítulo introductorio, que se convertiría en el hilo conductor de la no­vela, seleccionamos a los alumnos que lo dra­matizarían, además del título de nuestra novela. Se propuso la canción de Ignacio Rondón “Se te cambiará la vida” como tema musical, aunque mis alumnos deseaban “El amor es una magia” de Tito Bambino. Ante esta situación negociamos utilizar la música venezolana como fondo de la radionovela e interpretarla en lengua de señas y dejar la otra canción como fondo de la dramati­zación de algún capítulo.

Lo que aprendimos

En medio de los diferentes puntos de vista siempre coincidíamos en la importancia que re­flejaba cada valor en nuestras vidas y, especial­mente, en las relaciones interpersonales y el amor.

Otro acontecimiento interesante fue unificar criterios entre mis alumnos, la psicopedagoga y yo, ya que todos deseábamos darle forma, estilo y coherencia a los diferentes capítulos creados por los grupos para armar la novela. Esta parte del trabajo no fue fácil, dado que existía una va­riedad de personajes y de situaciones que difi­cultaban el enlace de un capítulo con otro.

Luego, hizo más reluciente el trabajo la expre­sión de los padres con relación a lo interesante que les había resultado la novela y cómo esta ha­bía generado un cambio de actitud en sus hijos y en ellos.

Deseamos terminar nuestra sistematización con una parte de la introducción que elabora­mos para la novela: “Lo más importante en la vida es el amor, porque gracias a él podemos y tenemos la oportunidad de cambiar para bien; también tene­mos la oportunidad de cumplir metas, de conversar y decir un te quiero, de comprometernos con lo que amamos, confiar y tener esperanza de que puedo lograr mis metas, de respetar y ser respetado, en­tregarme y amar sin condiciones y voluntariamente y, sobre todo, la oportunidad de poner pasión a mis metas, encariñarme con las cosas que quiero y pue­do lograr”.

Referencias bibliográficas

Cassany, D., Luna, M. y Sanz, G.(2007). Enseñar lengua. Grao.

Monereo, C. (1994). Estrategias de enseñanza y aprendizaje. Formación del profesorado y aplicación a la escuela. Grao.

Olson, D. y Torrance, N.(1998). Cultura escrita y oralidad. IEA.

Valenzuela, R. (s.f.). Los tres “autos” del aprendizaje. http:sva99.tripoc.com/Sva99/d21/Valenzuel.htm

Leída la sistematización, te invitamos a reflexionar:

  • La radionovela presentada está basada en una lectura específica, pero ¿qué tal si se hace partiendo de las vivencias de los estudiantes? ¿Cómo plantear la organización pedagógica y el proceso creativo?
  • ¿Tengo las herramientas necesarias para generar podcats educativos? ¿Dónde puedo obtenerlas? ¿Quién puede apoyarme u orientarme?
  • ¿La lectura es un eje transversal en mi área o asignatura? ¿Por qué lo es?
  • ¿Pueden mis estudiantes leer una imagen o un gráfico? ¿Cómo sería el proceso?