La formación complementaria extraescolar

(Movimiento Pedagógico Nº 51 – octubre, 2012)


“¿Por qué nuestros alumnos, a pesar de contar la escuela con un personal capacitado, con biblioteca, psicopedagoga, orientadora y coordinadores pedagógicos por cada etapa, obtuvieron resultados tan bajos en esas pruebas?”. Esta fue la pregunta que se hicieron los docentes de la Escuela Técnica “Nueva Venezuela” cuando recibieron y leyeron el informe correspondiente elaborado por el proyecto de Proyecto de Calidad Educativa de Fe y Alegría.

Lo que destaca en esta experiencia no es la organización de las actividades extracurriculares ni la dedicación a los estudiantes, es el cuestionamiento de la propia práctica docente, asumiendo que si el estudiante tiene debilidades es posible que el docente también las tenga.

Valoramos cómo la reflexión puede transformar la práctica pedagógica del docente al hacerse conscientes de sus necesidades formativas, por lo que trabajar en ellas optimiza su desempeño logrando resultados muy favorables en el proceso educativo.

La Escuela Técnica “Nueva Venezuela” está ubicada en el barrio “La Polar”, de la Parroquia Domitila Flores en el Mu­nicipio San Francisco del estado Zulia. En el barrio no existen lugares para la recreación y el esparcimiento de los niños y jó­venes, la mayoría de los cuales son estudiantes nuestros. No hay canchas deportivas, plazas, parques o bibliotecas que permitan el disfrute del tiempo libre de forma sana; si a esto le agre­gamos que las familias carecen de los recursos económicos que les permitan realizar paseos o excursiones, visitar sitios de la región o conocer otros estados de nuestro hermoso país, es nece­sario que reflexionemos el cómo ayudar los es­tudiantes a disfrutar de otros espacios y es aquí donde la escuela, como ente socializador, juega un papel importante.

En mi escuela, entre muchas otras situaciones de la cotidianidad, hay dos que nos han generado mucha inquietud. Una de ella son los resultados obtenidos en el área de razonamiento lógico ma­temático por nuestros alumnos en el proceso de evaluación efectuado dentro del marco del Pro­yecto de Calidad Educativa y la otra situación es la dificultad para la promoción de los aprendiza­jes, específicamente relacionados con las estra­tegias aplicadas en el aula: no empleamos indica­dores que expresen los procesos conscientes de aprendizaje que hace el alumno, no se promue­ven estrategias metacognitivas que permitan la apropiación y creación de conocimientos. Por ello en muchas ocasiones nos hemos pregunta­do: ¿por qué nuestros alumnos, a pesar de con­tar la escuela con un personal capacitado, con biblioteca, psicopedagogía, orientadora y coor­dinadores pedagógicos por cada etapa, obtuvie­ron resultados tan bajos en esas pruebas?

En nuestras reuniones como colectivo sole­mos reflexionar sobre cómo y qué enseñamos en el trabajo de aula y eso nos permitió delimitar la línea de mejora en el proyecto educativo de centro: desarrollar prácticas educativas innova­doras en el contexto escolar que promuevan la reflexión metacognitiva sobre el aprendizaje de los estudiantes en matemática, lenguaje y valo­res.

Desde ese momento todo lo relacionado a prácticas pedagógicas metacognitivas se convir­tió en un reto, en un proceso asumido por todos para la transformación del trabajo pedagógico en la escuela. Por eso una de las primeras accio­nes que ejecutamos estuvo ¡y sigue enrumbada! hacia la formación docente, dado que tanto los maestros como el equipo directivo manifesta­mos la necesidad de conocer y dominar estrate­gias metacognitivas que permitieran crear una nueva cultura sobre el hacer, tomando concien­cia de los procesos que vivimos como personas y docentes. En este sentido, considerando la lectura, escritura, cálculo y valores como ejes fundamentales para brindar una educación de calidad, surge la propuesta de promover, desde la escuela, espacios de formación extraescolar para nuestros alumnos, los cuales servirían para desarrollar y consolidar habilidades en dichos ámbitos, al tiempo que se reforzaran contenidos abordados en las aulas.

Así organizamos un proyecto que involucra tanto a la biblioteca como a la sala de telemática, convirtiéndolas en espacios donde se ofrece un servicio más eficaz, que va más allá del uso del espacio y recursos que poseen.

Los que participan

Nuestro proyecto de formación complemen­taria está a cargo de los docentes de biblioteca e informática, contando con la colaboración de los pasantes del Instituto Universitario San Fran­cisco Fe y Alegría (IUSF), gracias a una alianza establecida entre ambas instituciones. Partici­pan nuestros alumnos de 3ro hasta 6to, quienes asisten a la escuela un día a la semana en el turno contrario a sus clases regulares. Empleando la metodología de trabajo tipo taller, hemos desa­rrollado diversas actividades que promocionan la lectura y la escritura desde el área de bibliote­ca, así como el pensamiento lógico matemático, a través de juegos y aplicaciones informativas, desde la sala de telemática. Entre esas activi­dades puedo mencionar la elaboración del pe­riódico escolar, un festival de cuentacuentos, la publicación de una revista con los cuentos par­ticipantes, una revista de producciones propias de los alumnos, la cesta viajera de cuentos, entre otras. A continuación describiré, brevemente, algunas de ellas.

Leo, pienso, produzco y actúo

Consiste en trabajar con lecturas previamen­te seleccionadas que contengan un mensaje o moraleja sobre los valores, por ejemplo, la soli­daridad. Esto ha permitido que los docentes, pa­dres y alumnos reflexionen sobre qué relación posee el contenido de la lectura con la vida de cada uno, cómo pueden actuar para transformar la realidad (personal, familiar, escolar y comuni­taria) y producir nuevos conocimientos. Es nece­sario resaltar que en cada una de las sesiones de trabajo donde les indicamos a los alumnos que para ser solidarios era necesario llevar siempre “La bolsa de la esperanza”, retándolos a pensar y escribir los objetos que debe contener esa bol­sa. He aquí uno de esos textos, elaborado por los estudiantes de 5to grado “A”, “B” y “C” durante una sesión del taller de lectura y escritura en la biblioteca.

Lo que pretendemos con esta bolsa es llevar es­peranzas y alegría a todas las personas que lo nece­siten. Para ello la llenaremos con un cuaderno para que escribamos las acciones buenas que realizamos con nuestros maestros y amigos; una cámara foto­gráfica para sacar fotografías de los momentos más felices de la vida, clavos para unir a las familias que están desunidas, una llave para abrir los corazones que están cerrados al amor; un teléfono para comu­nicarnos con Dios en todo momento, un bombillo que nos alumbre el camino que nos lleva al bien, len­tes para ver las fortalezas de los demás, una ventana para que entren en nuestras vidas vientos de paz y amor; una licuadora para mezclar y regalar jugos de paz y armonía: una papelera para botar en ella los malos pensamientos; una cuerda para amarrarnos y trabajar unidos, unas semillas para sembrar y cose­char frutos de amor por todo el mundo, una puerta para entrar a la felicidad; un pañuelo para secar las lágrimas cuando voy a hablar y no herir, una vela que alumbre los corazones tristes, un jabón para la­var y curar las heridas, una pala para enterrar todos los malos hábitos, un baúl para guardar los recuer­dos hermoso de la vida, una nube para cubrimos de los rayos del mal, una rosa para alegrarte todos los días; una lavadora para lavar los corazones que no pueden amar; una escalera para alcanzar la fe y paz; una lámpara para alumbrar el camino que nos lleva a Dios; una regadera para regar felicidad en to­das partes; un borrador para borrar nuestras malas acciones; un lápiz para hacer una lista de las cosas buenas que necesitamos hacer; un reloj para desper­tar en nosotros el amor que está dormido; una piza­rra para escribir las cualidades de los demás; una canción para cantar a la gente que existe la alegría, lluvia para apagar nuestras iras y enojos; un ventila­dor para regalar amor y paz”.

Nuestro Festival de cuentacuentos

Durante tres meses los alumnos del 4to a 6to grado participaron en talleres de escritura para redactar y reescribir cuentos alrededor del tema de la ecología, evitando la intervención de otras personas (ya fueran sus docentes, representan­tes o familiares), garantizando así que la produc­ción fuera elaborada por los mismos niños. Este hermoso proceso culminó con un festival donde los niños, además de divertirse con actividades recreativas (payasos, bailes, cuentacuentos in­vitados), pudieron narrar sus propios cuentos. Uno de esos textos es el siguiente, escrito por Solderireth López y titulado “En armonía con la naturaleza”: En una montaña habitaba un grupo de indígenas que respetaban la naturaleza como si fuese algo sa­grado. Allí vivía una hermosa muchacha que adora­ba cantar y recorrer el lugar. Ella se llamaba Marga­rita. Siempre se levantaba muy temprano para oler el fresco aroma de las flores, escuchar el cantar de los pájaros y caminar buscando los más ricos y deli­ciosos frutos frescos.

Los indígenas no dejaban que nadie destruyera la montaña y la selva. Los ríos eran de agua fresca y dulce. Un día vieron que un barco muy enorme se acercaba a su hermosa isla. Todos se alertaron por­que no sabían a lo que venían. Armaron sus tribus y se escondieron dentro de los árboles.

Cuando el barco se acercó a la orilla bajó el capi­tán y vio que la montaña era muy hermosa, que ha­bía oro y muchas riquezas. Entonces dio la orden de sacar las hachas y otros implementos. Empezaron a extraer del río el oro sin importarles que el agua se estuviera contaminado con un líquido llamado mer­curio, el cual fue echado en el río, ya que les permitía encontrar el oro más rápidamente. Pero en realidad lo que estaban haciendo era dañar todos los árboles, flores y hasta el río.

Cuando Margarita se dio cuenta de lo que suce­día con su linda montaña se puso muy triste. De re­pente llegó su amigo el tigre y le dijo:

– ¿Por qué lloras, mi linda princesa?

Ella le respondió:

– Lloro porque unos extraños hombres están des­truyendo nuestra montaña.

El tigre le dijo:

– Tenemos que darle su merecido a quienes están destruyendo la montaña.

Pero Margarita le dijo que no lo hiciera porque con la violencia no iban a llegar a ningún lado. Se puso a pensar y pensar y de pronto dijo:

– Ya sé cómo arreglar ese problema. Vamos a con­versar con esos hombres para ver si nos escuchan.

Margarita y su amigo el tigre caminaron y cami­naron hasta llegar a la orilla del rio, fue entonces cuando pidieron hablar con el capitán del barco. Luego de hablar un buen rato llegaron a un acuerdo. El capitán dijo:

– Ya no vamos a destruir más su montaña, por el contrario vamos a ayudarles a limpiarla para que siempre esté hermosa para todos sus habitantes.

Moraleja: Los problemas se solucionan con el diálogo y no con violencia. Necesitamos cuidar la naturaleza para vivir con ella en armonía.

Adivina, adivinador, ¿a que no sabes quién soy?

Otra actividad que agrada mucho a nuestros alumnos es trabajar con adivinanzas, Para ello se organizan equipos y cada uno selecciona un ob­jeto o animal, el cual describen con algunas pis­tas, transformándolos luego en una adivinanza. Así, por ejemplo, escribieron:

Es gordo y orejón y aplasta un montón. (Veró­nica Morales)

Tengo trompa, gris yo soy y en el zoológico es­toy. (Marianny Riera) (Respuesta: El elefante)

Soy flaco, puntiagudo y todos me usan hasta gastarme. (Angie Mendoza)

Soy de madera, de color amarillo, vestido como un pajarillo. (Verónica Morales) (Respues­ta: El lápiz)

Bate que bate, mientras que el agua se pone como el chocolate. (Jefferson Rito)

Lava Dora, lava María y siempre la ropa la tiende Sofía. (Yamaira Barboza) (Respuesta: La lavadora)

Pinta que pinta, como un arcoíris y en tu mo­chila estamos acomodaditas. (Jesús Montaña)

Pintamos y no somos pintores, tenemos colo­res y no somos arcoíris ¿Qué será? (Angie Men­doza)

Somos doce amigos y podemos ser más, con nuestros colores tú puedes pintar. (Michel Bra­cho) (Respuesta: Los creyones)

Unas de maderas, otras de metal, todos me utilizan para salir y entrar. (Génesis León)

De madera soy y en cualquier entrada estoy. (Samuel Valero) (Respuesta: La puerta)

Trabajando el valor del amor

Esta actividad la hemos realizado con los alumnos de 3er grado, empleando algunos vi­deos sobre el valor del amor. Al preguntarles: ¿qué significa, para ti, en tu vida, el amor? Los ni­ños escribieron las siguientes producciones:

Es mi abuela, porque yo la quiero mucho (Ga­briela Caffiero)

Es ayudar a mi papá a vender en el abasto. (Krisbell Herrera)

Que mi mamá no grite (Uriani Pirela)

Es Jesús sufriendo en la cruz por mí. (Yohan­dri Rosales)

Es leer un libro en las piernas de mi mamá. (Isiali Sánchez)

Es pasar la calle con un anciano como quiero que lo hagan conmigo. (Naibelin Talavera)

Es darle comida a la gente que la necesita. (Dannely Pagola)

Si se cae una niña ayudarla a levantarse. (Al­fonzo Uzcategui)

Curioseando en matemática

Nos esforzamos en realizar actividades di­vertidas que los animen a participar y a pensar ejercitando el pensamiento lógico matemático, como es el empleo de acertijos: ¿cuál es el núme­ro que si lo pones al revés vale menos?, ¿cuál es el número que le quitas la mitad vale cero?, ¿cuán­to es la mitad de 2 + 2?, ¿qué pesa más un kilo de hierro o un kilo de paja?, ¿qué número tiene el mismo número de letras su nombre?, ¿qué po­sición ocuparías si vas en una carrera segundo?

La hojita divertida: Se pide a un amigo que escriba sin mostrarlo, un número de dos dígitos (ejemplo, 45). A continuación se le indica que agregue un cero a la derecha (450) y que reste a esa cifra cualquier número de la tabla del 9 (9, 18, 27… 81), por ejemplo, el 36.

Le pedimos que nos diga el resultado. En este caso sería 414. Si a los dos dígitos de la izquierda (41) se suma el de la de recha (4), se obtiene el número secreto (45).

Otra estrategia que empleamos es la sopa de números, para lo cual diseñamos la tabla corres­pondiente.

Nuestros logros

Hemos logrado que un 94% de nuestros alumnos de 4to, 5to y 6to asistan y participen en los diferentes talleres de formación extraes­colar, lo cual evidencia la motivación y entusias­mo hacia los mismos. Nuestros niños, al evaluar nuestra propuesta de trabajo, han manifestado que: aprenden divirtiéndose, le dan otro uso a las computadoras, entienden la matemática mediante los juegos, producen textos reflexi­vos sobre los valores que debe manifestar el ser humano para convivir, valoran más la disci­plina, leen con placer (antes, según ellos, era un “aburrimiento”, porque era una tarea escolar), aprovechan mejor el tiempo libre y refuerzan lo aprendido en el salón.

Otro logro valioso ha sido la aceptación y el apoyo de los representantes, además de conver­tirnos en un proyecto piloto a nivel de Fe y Ale­gría – zona Zulia y otras instancias, como expe­riencia pedagógica innovadora.

De igual forma es necesario redimensionar aspectos como: la atención a 1ro y 2do grado de Primaria y a la Media; el uso de los espacios ins­titucionales, definir la cantidad de alumnos por talleres, establecer horario de entrada y recreos, concebir la formación complementaria extraes­colar como un proyecto institucional donde es necesario la participación y el aporte de todos.

  • Con la pandemia la práctica docente debió adaptarse a una modalidad distinta: la educación a distancia. Cuando se retome la presencialidad, ¿seguirás aplicando las nuevas estrategias que aprendiste? ¿Por qué?
  • ¿Qué elementos nuevos has incorporado a tu práctica docente?
  • Con la experiencia y conocimientos que has adquirido en la pandemia, ¿tu concepción sobre la escuela y la educación sigue siendo la misma? ¿Cuál crees que debe ser el papel del docente de ahora en adelante?