El ser humano es un permanente buscador y eso es lo que ha permitido su evolución. A cada paso siguió otro y otro, hasta que apren­dió la importancia de unirse a los demás para so­brevivir en un mundo inhóspito, que no entendía y donde nada era seguro. De esa manera, a lo largo de millones de años, entre aciertos y errores, fue emer­giendo eso que llamamos sociedad, tan llena de con­trastes y desigualdades, regida por normas y reglas, donde él se sigue moviendo insatisfecho.

Actualmente millones de personas siguen buscan­do formas de mantener la convivencia y el respeto a los derechos humanos, en medio de tantos conflic­tos. Quienes vivimos en este país llamado Venezuela estamos en esa búsqueda, lo que se convierte en una verdadera odisea para los docentes: ¿cómo educar a miles de niños, niñas y adolescentes que tienen tan­tas limitaciones para alimentarse, asistir a clases o aceptar la ausencia del padre o madre que emigró?, ¿cómo fortalecer su sentido de identidad y pertenen­cia con nuestra tierra?, ¿de qué manera enseñarles que la educación sí tiene sentido y es necesaria en la vida?, ¿cómo ayudarlos si nosotros mismos estamos hundidos en esta vorágine que roba nuestra energía,

nuestros sueños? Hoy más que nunca tienen validez las palabras de Montessori: “La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor”. Ella ha­blaba de vocación, de entrega; nosotros, en este hoy tan lastimado, podemos decir que también es un acto de fe, de esperanza, de constancia.

Para Fe y Alegría, como Movimiento de Educa­ción Popular, es fundamental defender el derecho a una educación inclusiva, igualitaria y de calidad, razón por la cual sigue abriendo caminos para en­frentar los obstáculos que surjan, tratando de con­vertir la actual situación venezolana en un escenario pedagógico que nos enseñe lecciones en torno al ser ciudadano. Freire proclamaba que frente a las injus­ticias sociales y políticas era necesario transformar el modelo de educación, porque si bien “La educa­ción no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar al mundo”. De ahí la importan­cia de reflexionar y evaluar críticamente la prácti­ca pedagógica que desarrollamos en las aulas para adaptarla a las necesidades de nuestros estudiantes, al desarrollo de sus competencias y a la realidad del contexto.

¿Cuál será nuestra actitud? ¿Tendremos esperan­zas? Orlando Araujo escribió en uno de sus textos: “¿Qué dice ese velo de azul que en el cielo los astros sostiene? Detrás está Dios”. ¿Seguiremos dudando de la importancia de la educación, manteniéndonos al margen de la vida, sin involucrarnos en ella? Re­cordemos a Carmelo Vilda s.j., quien se interpeló al preguntar: “¿y si después de tanto azul, no hay cielo?.” O haremos como aquellas personas que el 18 de octubre de 1533 destituyeron de su cargo a Michel Stifel (quien era profesor, matemático y fue el descubridor de los logaritmos) porque se atrevió a profetizar que ese día, exactamente a las 8am, el mundo se acabaría. ¡Y el tipo se equivocó!

Este nuevo número de nuestra Revista Movimien­to, “Educación Popular e Innovación Educativa”, es un ejemplo de ese proceso. En esta oportunidad co­noceremos parte de la labor desarrollada en tres cen­tros educativos empeñados en crear vínculos con la comunidad, refrescar el trabajo pedagógico y animar a sus estudiantes a seguir aprendiendo. Leeremos la experiencia de los niños, niñas y adolescentes de la comunidad “Santa Rosalía” en torno al trabajo he­cho desde la biblioteca “Padre Ignacio Huarte”, per­teneciente al Centro de Formación e Investigación “Padre Joaquín”, para desarrollar competencias en lectura y escritura mediante una estrategia didáctica bastante interesante; seguidamente, está la sistemati­zación de la E.T. “Lic. César David Rincón” creando un espacio distinto para abordar la Educación Física, mediante la revista gimnástica donde se involucra todo el personal de la institución; por último, descu­briremos la propuesta nacida en la Escuela Técnica “Dr. Luis Razetti” para abordar, desde el tamizaje escolar, la problemática de la salud de los estudian­tes de otras escuelas del sector.

En ese afán de incidir en la calidad de la educa­ción, en el Dossier, presentamos un esbozo de la pro­puesta que se está desarrollando desde el Programa Escuela de Fe y Alegría-Venezuela, en torno a las nuevas metodologías activas como son, por ejemplo, la paleta de inteligencias múltiples, los proyectos de comprensión y el aprendizaje basado en problemas.

En la sección “Ideas para el aula” se proponen distintas estrategias y el uso de nuevos recursos para trabajar en el aula que nos permitirán: aprovechar al máximo la historia desarrollada en una película para motivar el diálogo, el análisis y la producción de di­versos tipos de textos; emplear con los estudiantes el comics como estrategia para desarrollar la crea­tividad; proponemos también el uso de dos atajos matemáticos que fascinarán a nuestros estudiantes, entre otras sugerencias.

Mientras en la sección “He leído” tendremos la oportunidad de disfrutar de una selección hecha por el autor de extractos de las cartas escritas en El Masparro por José Mª Vélaz s.j. en torno a la educa­ción agropecuaria, sorprendiendo la vigencia de esas ideas escritas hace más de 30 años.

Con el libro “El profesor” conoceremos las ex­periencias de un docente que, lleno de ideas e in­seguridades, desarrolló un trabajo educativo muy significativo en un contexto lleno de discriminación y perjuicios sociales.

Ser docente, ejercer esa digna profesión, es tener esperanza en la educación como un instrumento eficaz para enfrentar cualquier situación de injusticia y desigualdad; de allí su importancia en el presente y para el futuro.

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